LA LECHE MATERNA MEJOR QUE LA DE CUALQUIER ANIMAL O VEGETAL
20:02Los beneficios de la leche materna en los primeros meses de vida son incuestionables, pero ¿qué le aporta una vez ha cumplido los doces meses?
OBTIENEN
CALORÍAS Y MICRO NUTRIENTES
(Hierro, calcio, vitaminas) de la leche
que les da su madre en una proporción nada desdeñable, ya que en ciertas
ocasiones pueden llegar a representar el 50% de las necesidades diarias de un
niño.
CUATRO
TOMAS AL DÍA
Se aconseja que hagan, preferiblemente
después de las comidas para no quitarles el apetito y las ganas de probar
nuevos alimentos. De todas maneras, cualquier momento es bueno para hacerlo. Lo
más habitual es que los niños lo pidan como postre y antes de irse a dormir, y
normalmente cuando están enfermos suele ser lo único que les apetece comer.
LA
TÉCNICA PUEDE VARIAR
Un poco porque ahora ya no necesitan de
nosotras para encontrar la mejor manera para mamar. Se ayudan de sus manos. Lo
que pueden aparecer son condiciones si la madre no se siente cómoda haciendo lo
en público: “Solo cuando estemos en casa", “En la calle mejor no”.
AMAMANTAR
MÁS DE UN AÑO
No influye en la autonomía de los niños
como muchas personas piensan. Su independencia no viene determinada por el tipo
de alimentación, sino por el estilo de crianza. Así que puedes estar tranquila
que, aunque des el pecho a tu hijo durante años, eso no lo convertirá en un
adulto dependiente de ti ni de nadie, al contrario.
La naturaleza es sabia y por eso, cuando
entre los cuatro y los seis años desaparece la enzima que digiere el azúcar de
la leche (lactosa), muchos niños dicen que no les gusta, aunque en realidad lo
que les ocurre es que les sienta mal. Cada vez son más los adultos que sufren
intolerancia a la lactosa, provocando así una reacción inmediata de la
industria lechera que ha ampliado su oferta con productos sin lactosa, para que
se pueda “digerir” mejor.
Quizá no es tan bueno tomar tanta leche
cuando dejamos de ser lactantes, pero no hay ningún tipo de duda de que para la
primera infancia la mejor es la materna.
RETOMAR
LA TRADICIÓN
Si echamos un vistazo atrás, veremos
cómo ya desde las antiguas civilizaciones las mujeres daban el pecho a los
niños durante varios años. Existen imágenes del Antiguo Egipto donde se ve a la
diosa Osiris dando de mamar a un niño que está de pie, así como en los
yacimientos de Atapuerca se encontraron restos que, gracias a los avances
tecnológicos, revelaron que la edad media de alimentación con leche materna de
los niños solía ser los cuatro años. Tampoco haría falta irnos tantos siglos
atrás, porque seguramente algunos de nosotros hemos oído a la abuela explicar
cómo nuestro tío le pedía teta cuando volvía del colegio. Pero las buenas
costumbres a veces se recuperan, y eso es lo que está pasando actualmente, ya
que cada vez es más frecuente ver cómo hay niños que lo primero que hacen nada
más salir de la guardería o del colegio es pedirles a sus madres que los
amamanten, para así mantener ese vínculo tan especial.
APOYO
DEL ENTORNO
Las complicaciones aparecen cuando las
madres quieren continuar amamantando más allá del tiempo establecido
socialmente, pero no cuentan con el apoyo de su entorno. Entonces, las
opiniones de los familiares, de los amigos y, lo que es peor aún, de los
sanitarios pueden generar tanta inseguridad en las madres que les haga abandonar su idea inicial.
Normalmente, esta presión social surge
por ignorancia, ya que, si se supiera que durante los seis primeros meses de
vida es vital para el bebé y que hasta los 12 en el ámbito médico se lo define
como lactante porque la leche materna es el alimento fundamental, nadie lo
cuestionaría. Y, además, en el segundo año, tres tomas le aportan una tercera
parte de las calorías diarias que necesita. Estas afirmaciones contradicen las
opiniones sin base que muchas madres tienen que escuchar, del estilo de:
"Eso es vicio”, “Te toma el pelo” o "¿Ves? No lo alimentas bien”,
cuando comparan a su hijo con un bebé que toma leche de fórmula, ya que su peso
y crecimiento es diferente.
CASOS
ESPECIALES
A pesar de que es innegable el papel
determinante que puede llegar a ejercer el entorno, la lactancia materna es
cosa de dos, de la madre y de su hijo. Así pues, si por la razón que fuera, la
madre no pudiera o no
quisiera seguir con la lactancia materna es una decisión personal, porque en
cualquier caso la mujer siempre desea darle todo lo mejor a su hijo.
Son muy raras las situaciones en las
que la salud del niño impida que se lleve a cabo la lactancia materna. La
galactosemia o imposibilidad del organismo para asimilar la galactosa (azúcar
simple que compone la mitad de la lactosa) es una de ellas. En este caso, al no
tolerar ningún tipo de leche, ni humana ni animal, deberá ser alimentado con
fórmulas específicas.
Si la madre sufre una enfermedad que
requiera toda su energía para recuperarse y, sobre todo, si tuviera que tomar
alguna medicación incompatible con la lactancia, sería otra de las razones por
las que no se amamantaría a un bebé.
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